Tashkent está cambiando. Algunas de sus transformaciones son emocionantes: nuevas iniciativas, como galerías independientes y duelos poéticos, animan la vida de la ciudad, galvanizando su comunidad creativa. Otros cambios, sin embargo, son preocupantes: la ciudad está perdiendo gran parte desu patrimonio cultural, ya que mahallas enteras son demolidas y reemplazadas por rascacielos. Esta no es la primera vez que la ciudad se modifica radicalmente: en su Carta de Tashkent, el escritor en el exilio Hamid Ismailov recuerda las muchas ciudadesrostros, pocos de los cuales todavía reconoce.