Un activista del arte de San Petersburgo ha lanzado una nueva actuación pública para destacar los lazos humanos comunes de los rusos después de semanas de intensas protestas y detenciones masivas.
Max Otto vistió a tres actores con el disfraz de tres instituciones gubernamentales clave: un sacerdote, un policía y un soldado de la Guardia Nacional, antes de cubrirse la cara con pasamontañas negros. Luego, los uniformes fueron despojados y los actores revelaron su verdadero yo encamisetas y pantalones blancos lisos.
La actuación se produce después de que más de 3.000 personas fueran detenidas en Moscú durante una ola de protestas electorales que barrieron la capital en julio y agosto, provocando una ira generalizada contra la policía de mano dura.
“Estamos limpiando estos uniformes de sus atributos externos, [los que] dividen a las personas en ellos frente a nosotros, y desatamos la camisa blanca, que mantiene unida a toda la humanidad dentro de nosotros”, escribió el artista en su manifiesto.
Pero Otto también pidió que figuras de autoridad similares coloquen su propia compasión y sentido de la justicia por encima de las órdenes de sus superiores. Dedicó el “uniforme blanco” de los actores a las “víctimas de la represión política”.
Al final de la actuación, los actores vacían tres cubos llenos de pintura en el río Neva, recreando los colores de la bandera rusa.